Divina calma del mar
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar
En la pureza infinita
en que se ha abismado
un ilusorio pañuelo
tu solicitado deseo
y ante la excelsa quietud
cuando en mis brazos te estrecho
es tu alma sobre mi pecho
melancólico laúd
Abre tu pasion
y dame sueves besos
que la luz blanquencina
roce tu hermoso cuerpo
Quiero ver danzar las estrellas
encendidas de celos
por hacerte el amor
y elevarte al cielo
Extasiados sobre la arena
las olas calmaran nuestro fuego
de luz distante en sombra íntima
y en blanco manto nos tapará
nuestros desnudos cuerpos
Maribel Alonso & A
30 junio 2013
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