Recuerdo paso a paso aquel camino
con la vegetación tupida
que daba una imagen inquietante
pues los árboles carecían de hojas
afligiendo el paisaje.
Un lugar anodino
difuso, apenas se podía describir
pero , a la vez , estaba dotado
de una nítida hermosura,
no por la existencia de algún
ornato especial
sino porque de pronto percibí
una presencia parecida a
la plenitud sin saber en
que consistía , mi memoria
la incorporó en el
lugar donde almacena
los momentos de plenitud.
y de alegría
Sólo eso, ví unos ojos que
me miraron fijamente
y en ellos descifré
la clave venturosa
que algunas veces
nos proporciona
la vida
Mercedes Pastor
16 marzo-2013
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