sábado, 12 de noviembre de 2011

La Ramillera Ciega




Caballeros, aquí vendo rosas
Frescas son y fragantes a fe
oigo mucho alabarlas de hermosas
...eso yo, pobre ciega, no sé.

Para mí ni belleza ni gala
tiene el mundo, ni luz ni color
mas la rosa del cáliz exhala
dulce un hálito aroma de amor.

Cierra, cierra tu cerco oloroso
tiena flor, y te duele de mí:
no en quitarme tasado reposo
seas cándida cómplice así.

Me reveles el bien de quien ama
otra dicha negada a mi ser:
debe el pecho apagar una llama
que no pude en los ojos arder.

Tú que dices la flor de las flores
sin igual en fragancia y matiz
tú la vida has vivido de amores
del Favonio halagada feliz.

Caballero, compradle a la ciega
esa flor que podéis admirar:
la infeliz con su llanto la riega:
ojos hay para solo llorar


Juan Maria Mauri (1772-1845)

Maribel Alonso
25 febrero 2011 

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